¿QUÉ DEBEMOS DE TENER EN CUENTA A LA HORA DE ESCOGER ESPESANTES PARA UNA PERSONAS CON DISFAGIA?
El espesante es un elemento, cuya base principal es el almidón, y se utiliza como técnica compensatoria en la modificación de la consistencia de un líquido. Se pauta en aquellas personas con disfagia cuando existen riesgos en la seguridad a la hora de tragar líquidos.
UNA VEZ QUE SE INCORPORA ESTE ESPESANTE A NUESTRA DIETA, LA GRAN PREGUNTA ES ¿CUÁL COMPRO?
Teniendo en cuenta que existen múltiples marcas y envases, la eficacia clínica y seguridad del espesante se reflejará en su composición. Un espesante que solo contenga almidón, no será lo más recomendable. Esto se debe a que, las enzimas de la saliva (amilasa), en contacto con el almidón por sí solo, rompen la cadena de ese espesante. De esta forma, ese líquido que hemos espesado fuera, al entrar en la boca, volvería a su estado natural, es decir, sin espesar. Por lo tanto, aquello que hemos modificado para garantizar la seguridad de la persona, se está perdiendo.
ENTONCES, ¿QUÉ NECESITAMOS PARA QUE ESTO PASE?
Que entre los ingredientes se incluyan las “gomas” como pueden ser tara, xantana o guar entre otras. Estas actúan como reforzador de esa cadena del almidón, e impiden que esa amilasa hidrolice la cadena.
De tal manera conseguimos:
- Mantener la claridad de los líquidos espesados.
- Estabilizar la consistencia del bolo alimenticio en contacto con la saliva y con el paso del tiempo.
- Asegurar una mayor protección frente a atragantamientos y broncoaspiraciones.
Pero, sobre todo, elegir un espesante adecuado no solo favorece una deglución segura, sino que también potencia la calidad de vida y facilita la participación social en las actividades de alimentación, permitiendo que cada comida vuelva a ser un momento de disfrute y encuentro.
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